Dado que es imposible abarcar cada uno de los aspectos de los negocios, las asociaciones nacen con la misma necesidad que las sociedades: protección, seguridad, comercio y ayuda mutua. Las asociaciones se generan cuando otra empresa tiene algo que tú necesitas y viceversa.
Por ejemplo, si quieres tener una panadería, podrías estar buscando constantemente un proveedor de harina, o podrías encontrar uno que te entregue la calidad que buscas, en las cantidades que deseas y que aparte tenga un precio adecuado. De esta forma, sería una decisión inteligente generar una relación laboral de confianza mutua, en la cual él pueda contar con tus compras regulares y tu puedas esperar lo mismo. Teniendo una asociación basada en la confianza, tu proveedor ante un problema siempre te avisará para que puedas prevenir peores consecuencias. Imagina que proveedor tiene un problema con tu harina, si no hubiese confianza, lo más probable es que no te avise, y por consecuencia no podrías entregar el pan a tus clientes. En cambio si confía en ti y sabe que no lo cambiarás, este problema es un incidente superable, por lo que te avisará y tú podrás buscar alternativas para evitar un incidente mayor.